CÁDIZ: ATARDECER EN LA CALETA
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jueves, 4 de mayo de 2023

A JUAN L. TRUJILLO

 




Un artista como tú, con esa especial sensibilidad para el arte que siempre has compartido con nosotros, bien merece otra entrada agradecida y especial para que la guardes, junto con otras que te han hecho.

Muchos prestigiosos autores, expertos en flamenco han escrito sobre mi antepasado, de antaño y en nuestros días. Lamentablemente no podemos tener el testimonio de su portentosa voz, estamos hablando de una persona que nació y murió en el siglo XIX, por los pelos no pudo grabar un disco, no existía esa posibilidad. Todo lo que sabemos de él es a través de los que les sobrevivieron: escritores, cantaores, expertos, desde Demófilo, el padre de los hermanos Machado, D. Antonio Chacón, Fernando el de Triana, García Lorca, hasta nuestros días con Manuel Bohórquez, Javier Osuna, José Blas Vega, Castro Buendía,  Fernando Quiñones, Faustino Núñez y muchos más. Mi reconocimiento para todos ellos...

Yo tengo que lamentar profundamente que en Sevilla, su tierra natal y la mía, a estas alturas, más de un siglo de su muerte, no tenga Silverio Franconetti ni una calle, plaza o monumento dedicado a su memoria. Un hombre que destacó e hizo tanto por elevar el Flamenco. No me duelen prendas. Fue en mi segunda Patria Chica, Cádiz, donde le nombraron "El Rey de los Cantaores", en el "colmao" "El Cañón", muy cerca de nuestra casa familiar, (algo similar como la Llave de Oro del Cante Flamenco), honor que siempre llevó con agradecimiento y orgullo.

El 30 de mayo de 1889, sufrió un ataque al corazón que le costó la vida, muriendo relativamente joven, con 58 años. No tuvo hijos de sus dos matrimonios, sí muchos hermanos.

Dejo uno de los libros más completo de su biografía, escrito por José Blas Vega. Otros están incompletos, no aparecen ni mi madre ni otros descendientes, (en lo que a familia se refiere). Aviso que no será fácil encontrarlo, yo tuve que ·bichear" lo mio pero lo tengo...En aquellas calendas, no se era partidarios de entrevistas fotos, todo muy distinto a estos tiempos...

Ediciones Posadas.

Publicado por el Ayuntamiento de Córdoba, 1995. F.P.M Gran Teatro. Esta edición se realizó con motivo del XIV concurso Nacional del Arte Flamenco.

Colección Demófilo.

Conocedora de tu devoción por el arte y también por mi antepasado te he dedicado con todo mi afecto y amistad esta entrada, que la preside las pinturas que me regalaste y que son dos joyas valiosas para mi, mejor decoración a la entrada no la hay...


Enlace del blog de nuestro amigo Juan, (para los seguidores nuevos):

 Juan L. Trujillo:

http://juanltrujillo.blogspot.com/



Franconetti actuó en el Teatro Variedades
El mítico cantaor acudió al desaparecido coliseo gaditano en 1867, según consta en el Archivo Provincial
La verdad es que ignoramos cuántas veces exactamente viniera a cantar a Cádiz el gran Silverio Franconetti, considerado la máxima figura del cante de su tiempo incluso por el mismo don Antonio Chacón, que cuando le escuchaba, le tiraba la capa y el sombrero, y que cuando murió pidió que le enterraran con una foto del que consideraba su maestro. Por lo que parece, debieron ser bastante numerosas las veces que Silverio vino a Cádiz, pues aquí logró hacerse amigo personal de las principales figuras del cante gaditano. Especialmente de Enrique El Gordo, al que decía querer "como cosa suya". Siendo muy conocida aquella seguiriya, recordando a su amigo, y que improvisó, una vez muerto Enrique: "Por Puerta Tierra no quiero pasá / que me acuerdo de mi amigo Enrique / y me pongo a llorá". Pero sí pudimos documentar fielmente una de sus actuaciones, al encontrar hace años, en el Archivo Provincial, una instancia por él firmada en la que solicita permiso al Gobernador Civil, para poder celebrar dos conciertos en el llamado Teatro Variedades, existente en 1867, en la calle del Laurel, número 3. Un año antes, había cantado en Madrid, ante la corte de Isabel II. Decía Fernando Quiñones, que el papel de Silverio, en el mundo del cante flamenco fue semejante al de Paquiro en el toreo, y al de Johann Sebastián Bach, en la música clásica. Un papel puente entre dos épocas del flamenco.  Los lazos de Silverio con Cádiz fueron numerosos. Aquí fue donde destempló por seguiriyas a María Borrico, en una fiesta pagada por él, cuando vino de América, sin que nadie lo reconociera hasta que lanzó su estremecedor grito seguiriyero, y aquí fue donde, según 'Demófilo', padre de los Machado, le nombraron "rey de los cantaores" de entonces.  Indicando como domicilio el de la calle Enrique de las Marinas, número 31, establecimiento tipográfico La Paz, a cargo de Manuel M. de Luque, también ubicado en Bendición de Dios, número 4, podemos casi asegurar que el cantaor redactó allí la solicitud para dar las dos funciones, careciendo aún de fonda o pensión, para pasar en Cádiz aquellos días de sus dos conciertos, que pedía celebrar el 26 y el 29 de septiembre de 1867, en el local del teatro Variedades. En esta tipografía seguramente habría encargado algunos carteles o folletos anunciadores de dichas funciones y, a lo que parece, por la letra de su firma y la del resto de la solicitud, la instancia -escrita en papel timbrado de la época-, parece que debió ser redactada por una persona distinta, tal vez por el encargado de la imprenta, limitándose el cantaor a firmarla. Una vez en el Gobierno Civil, la solicitud pasó para su reglamentario informe a la Inspección de Vigilancia, lo que ésta haría favorablemente. No tenemos noticias del resultado artístico de aquellas dos funciones que organizó Silverio en el teatro y fecha que hemos indicado. Lo más seguro es que ambas resultaran un éxito, pues de sobra es conocida la seguridad que el artista sevillano tenía en sus cuerdas vocales, la misma que le hacía desafiar a los cantaores locales cada vez que actuaba en cualquier pueblo, ofreciendo mil quinientas pesetas a quien lo hiciera mejor que él. Y si había quien lo hiciera mejor, ese no era otro que Tomás El Nitri, ganador de la primera llave - no de oro- del cante, pero que nunca quiso que le escuchara su rival, porque decía que le podía copiar su forma de cantar. Así que Silverio nunca escuchó a El Nitri que cantaría igual o mejor que él posiblemente. Nunca lo sabremos, porque ambos no dejaron grabaciones, aunque nosotros conocimos a quien afirmaba que el de Sevilla llegó a grabar algún cilindro de cera. Afirmación aún por demostrar.  Otra cuestión muy curiosa es que -al igual que sucede con Enrique El Mellizo- de Silverio tan solo se conoce una única fotografía, como es también el caso de Enrique El Gordo. Por lo visto, los flamencos de aquellos tiempos no eran muy amigos de ponerse delante de un retratista, para que su vera efigie pudiera pasar a la posteridad. Así que tan solo les hemos podido conocer físicamente por una sola imagen. Y para rematar esta evocación, el apodo de Silverio era 'El Rano', por ser más bien chaparrito; mientras que el de El Mellizo no era otro que el de 'El Buen Mozo', como le conocían en los ambientes taurinos; ya que, aparte de cantar genialmente, siempre se buscó la vida como puntillero en distintas cuadrillas. ¡Habría que ver juntos a Silverio, más bien bajito y rechoncho, y a su amigo del alma Enrique El Gordo, más alto y mucho más orondo, paseando por el barrio de Santa María, una noche de juerga de aquellas que ambos se debieron correr en Cádiz, más de una vez!
Juan De La Plata cádiz | Actualizado 01.11.2013 -  Silverio Franconetti


Con los preparativos, la feria y volver a ordenar, guardar y limpiar he tardado unos días, hemos tenido a toda la familia que es grande. Ya me iré poniendo al día con los blogs.


Besos y un fuerte abrazo.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

DÍA INTERNACIONAL DEL FLAMENCO

 




Silverio Franconetti o el Rey de los Cantaores (2)

Tras aportar documentación sobre los orígenes familiares del maestro sevillano, toca intentar analizar su importancia como cantaor, si dejó o no una escuela, si fue una referencia fundamental o si su labor como empresario y agitador cultural fue tan buena como se ha venido diciendo desde hace más de un siglo.


Tras aportar documentación sobre los orígenes familiares del maestro sevillano, toca intentar analizar su importancia como cantaor, si dejó o no una escuela, si fue una referencia fundamental o si su labor como empresario y agitador cultural fue tan buena como se ha venido diciendo desde hace más de un siglo. Tienen gracia quienes dicen que no sabemos cómo cantaba Silverio, para que hablemos de él con tanta admiración. Tampoco sabemos cómo cantaban el Planeta, el Fillo, Frasco el Colorao, María Borrico o la Andonda y aparecen en todos los libros de la historia de este arte.

Por infinidad de testimonios, Silverio Franconetti tuvo que ser un cantaor de gran voz y buen estilo. Cuando, acabado un cante de Silverio, Matrona le preguntó a Chacón que si así de bien cantaba el maestro sevillano, el jerezano le dijo algo así como: “Hombre, muchísimo mejor que yo, dónde va a parar”. Técnicamente, Chacón ha sido para mí el mejor cantaor de todas las épocas, opinión que compartía también Manolo de Huelva, un genio como guitarrista y un gran estudioso. Si, según el cantaor jerezano, Silverio era mucho mejor que él, estaremos de acuerdo en que tuvo que ser un fenómeno.

 

 

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«Fue enterrado en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, en segunda clase. Sus restos no se conservaron y no hay nada ya de Silverio en Sevilla. Nada recuerda al mejor cantaor de esta ciudad»

 

Rojitas tocándole a la Jeroma, la bailaora jerezana. Todos los artistas se daban bofetadas por un contrato de Silverio.

 

¿De quién aprendió el niño Silverio?

Los cantaores aprenden todos desde niño y Silverio no iba a ser una excepción. Está claro que no aprendió en su casa, porque no hay constancia de que sus padres, abuelos o hermanos mayores cantaran. Como nació en la Alfalfa, hay que decir con claridad que no es una de las zonas cantaoras de Sevilla, como Triana, el Barrio de la Feria o la Alameda, aunque sí de academias boleras. Me imagino al niño Silverio asomado a alguna de aquellas academias porque le gustaban la música y la danza. Academias a las que iban Amparo Álvarez La Campanera, Antonia Domínguez La Naranjita y Manuela Perea La Nena, de maestros boleros como Félix Moreno o Miguel de la Barrera, que la tuvo en la céntrica calle Jimios.

En estas academias comenzaron a cantaor José Lorente, Enrique Prado El Peinero, el isleño Ramón Sartorio, el alcalareño José Ordóñez Juraco o el portuense Perea, entre otros. Pero Silverio tuvo que abandonar esa zona tras la muerte de su padre, Nicolás Franconetti Chesi, militar y sastre, al quedar la familia un poco desamparada. Esto fue en el inicio de la cuarta década del XIX y el nuevo destino fue la localidad sevillana de Morón de la Frontera, donde el hermano mayor de nuestro cantaor, Nicolás, se había afincado y establecido como sastre. ¿Qué pudo aprender Silverio en Sevilla hasta los nueve o diez años? No mucho, salvo lo normal en fiestas familiares o de vecinos, veladas de los barrios, como la de San Juan de la Palma, y poco más.

 

«Animan a Silverio a fundar su propio café cantante y elige el número 4 de la calle Rosario. Lo abre en 1881 y cambia la historia del arte jondo. La rivalidad con El Burrero hace que el flamenco se convierta en la mejor oferta cultural de Sevilla y vive quizá su mejor época»

 

Cerrado el Café de Silverio, se instaló en el local la Farmacia El Globo, que también fue cerrada y el edificio demolido. Archivo Bohórquez.

 

Morón de la Frontera como destino

No hace falta ser un lince para darse cuenta de que Silverio se hizo cantaor en Morón de la Frontera, donde encontró el ambiente propicio. Tengamos en cuenta que este pueblo es de los de más tradición flamenca de Andalucía y seguro que Silverio no tardó, siendo un adolescente, en frecuentar los ambientes flamencos, bien en las fraguas de los gitanos o en las fiestas de sus vecinos. Testimonios tan sólidos como el de Demófilo, su primer biógrafo (1881), nos presentan a un joven Silverio que no quería la sastrería familiar ni a tiros y que lo que de verdad le tiraba era el cante de los gitanos.

 

Su firma en un padrón de Sevilla de 1875, viviendo en la calle Potro, en la Alameda de Hércules.

 

¿Encuentro con Frasco el Colorao en Marchena?

Pero supongo que Silverio no solo vivió el ambiente en Morón de la Frontera, sino en pueblos cercanos de enorme tradición flamenca como Arahal o Marchena. De hecho, defiendo la teoría de que el joven cantaor se encontró con Frasco el Colorao en esta última localidad, Marchena, donde estuvo de niño porque se casó allí su hermano José (1841), que era vecino de Francisco Colorado Pérez, el que yo creo que era Frasco el Colorao, de Puerto Real y casado en Marchena en 1832. Según Rafael Pareja, Silverio fue discípulo de Frasco y pudo haber tenido relación con él tanto en Marchena como en Triana. Sin embargo, del que le habla a Demófilo es de El Fillo. ¿Del hijo o del Padre?

 

Boda de su hermano José en Marchena, 1841. Archivo Bohórquez.

 

¿Todo lo aprendió de El Fillo?

Se ha presentado siempre a Silverio como un discípulo de El Fillo, el de la fiesta de Estébanez Calderón (1838), que no era Francisco Ortega Vargas sino el padre, Antonio Ortega Heredia, según demostró ya Luis Vázquez Morilla en su estupenda obra de investigación Silverio Franconetti y los Fillos (2018), merecedora de todos los elogios. Es preciso hacer algunas reflexiones sobre la relación de maestro y discípulo, si existió. Silverio abandona Sevilla siendo un niño sin haber conocido al Fillo, que ya vivía en Triana. No es fácil imaginar cómo cruzaría el puente de barcas un niño de 8 o 9 años para meterse en la Cava de los Gitanos a escuchar cantar a los calorros del arrabal.

Silverio vive en Morón desde 1841 hasta 1853, solo doce o trece años, y en esos años ninguno de los Fillos vivía en el pueblo, al menos que se sepa. Cuando abandona la localidad para afincarse de nuevo en Sevilla, en Santa Catalina, animado, al parecer, por su amigo Ramón Sartorio, el cantaor y bolero isleño, el Fillo estaba a punto de morir (1854), luego no pudo tener mucha relación con él. Esto no quiere decir que cuando Silverio vivía en Morón no lo hubiera escuchado alguna vez en el pueblo o en otro pueblo cercano, porque suponemos que nuestro cantaor salió del pueblo para escuchar a los artistas flamencos, por ejemplo a Alcalá de Guadaíra, el pueblo natal de su madre y del cantaor Juraco, otro de sus grandes amigos.

 

Postal del Café del Burrero. Archivo Bohórquez.

 

¿Alguna relación con el Fillo hijo?

Francisco Ortega Vargas, el Fillo hijo, y Silverio eran de la misma edad, luego ninguno pudo ser maestro del otro. Tampoco rivales, porque el segundo Fillo no era sino un herrero que cantaba en fiestas, y Silverio fue la gran figura de su tiempo, con compañía propia y cafés cantantes de prestigio, propios o en calidad de director. Sí es probable que Silverio y el Fillo hijo, al ser coetáneos, tuvieran alguna relación y que Francisco Ortega le hubiera enseñado algunos cantes de su padre. Pero, ¿es suficiente esto como para que se presente al genio sevillano poco menos que como un copista del Fillo? Puede ser que él mismo metiera la pata diciéndole a Demófilo que el Fillo era su referencia, por aquello de que el padre de los Machado solo entendiera el cante de los gitanos. Y no Frasco el Colorao, que no era gitano, al menos según mi opinión.

Silverio decidió afincarse de nuevo en Sevilla, supongo que para vivir del cante, y lo normal es que llegara a cantar en los salones de baile de los Barrera, Miguel y Manuel, que por cierto no eran hermanos. Ni siquiera primos. Así como hay constancia en la prensa de la época de que cantaron en esos salones y en las academias, cantaores como Carito, Juraco, Enrique Prado, Perea del Puerto, Lorente o Sartorio, Silverio no aparece nunca, al menos con su nombre. ¿Dónde cantó esos años, desde 1853 a 1857, el año de su marcha a Sudamérica? ¿Por qué era tan célebre entonces? Es probable que cantara en Madrid, donde alcanzó fama suficiente como para que cuando regresó de América fuera recibido como “el Célebre Silverio”.

 

Artículo en Nuevo Mundo. Silverio no inventó el café cantante, pero a partir de fundar el suyo comenzaron a ser tenidos en cuenta. Archivo Bohórquez.

 

Su viaje a Sudamérica

No está muy claro el motivo de que Silverio emigrara a Sudamérica. Desde  Sevilla enrolado en una cuadrilla de toreros, la del matador sevillano Manuel Pérez. Era el picador o uno de los picadores de la cuadrilla.

 

«¿Dónde cantó esos años, desde 1853 a 1857, el año de su marcha a Sudamérica? ¿Por qué era tan célebre entonces? Es probable que cantara en Madrid, donde alcanzó fama suficiente como para que cuando regresó de América fuera recibido como ‘el Célebre Silverio’»

 

La etapa americana del cantaor está más que documentada, así que no vamos a ocupar espacio con más información. Al parecer, trajo dinero cuando regresó, en 1864, y su idea era la de continuar con su carrera y afincarse en Sevilla, que era ya el centro mundial del cante y el baile, aunque aún no tenía fuerza lo que ya sí llamaban flamenco. Cuando regresa a Andalucía se queda en Cádiz, la tierra donde más seguidores tenía, entre ellos artistas como Enrique Ortega El Gordo y Curro Dulce. La idea de afincarse directamente en Sevilla no le seducía, y no sabemos bien por qué. Canta en 1865, pero, que sepamos, sin estar empadronado en la capital andaluza, sino en Cádiz. En 1867, según un documento que está en el Gobierno Civil de la Tacita, vive en el número 31 de la calle Enrique el de la Marina, por Hércules, pero no aparece en el padrón. Es el domicilio que da en ese documento, el de la petición al Gobierno Civil para dar un concierto.

 

Cuadro flamenco de mediados de los años ochenta, siglo XIX. Entre los artistas que aparecen, el guitarrista El Ciego y su hija Salud.

 

Casamiento en Málaga en 1868

Cádiz y Málaga eran entonces dos ciudades con un magnífico ambiente flamenco y mucho trabajo. Silverio era un profesional y lo que quería era trabajar, montar la primera compañía de flamenco y acabar en Sevilla. Se casó en Málaga el 26 de diciembre de 1868 con la linarense Ana Torrecilla Sánchez, y el próximo destino ya sería Sevilla. En 1870 aparece empadronado en la Alameda de Hércules, cerca de la calle Amor de Dios, donde ya se dedica en cuerpo y alma a los cafés cantantes. Primero como director artístico de lo que llamaban en Sevilla el Café de Silverio, pero que no era suyo. Luego llegó su sociedad con Manuel Ojeda El Burrero, un macareno emprendedor con el que tuvo una etapa brillante en la calle Tarifa, lo que era el Salón Recreo, dirigido anteriormente por Miguel de la Barrera y el también bolero malagueño Luis Botella González. Este salón, de gran historia, comenzó a llamarse el Café del Burrero, sin duda alguna el más influyente y famoso de su tiempo.

 

Boda de Silverio en Málaga, en el Sagrario, con la linarense Ana Torrecilla Sánchez. 1868. Archivo Bohórquez.

 

El nuevo Café de Silverio

Desacuerdos con El Burrero, que tenía una visión más comercial del flamenco, animan a Silverio a fundar por fin su propio café cantante y elige el número 4 de la calle Rosario, que va desde Méndez Núñez hasta Tetuán. Lo abre en 1881, y cambia la historia del arte jondo. Naturalmente, la rivalidad con el Burrero es notoria, y con Juan de Dios Domínguez Jiménez, hijo de Juan de Dios el Isleño, que dirigía el Filarmónico, llamado por los sevillanos el Café de Juan de Dios. Esa rivalidad hace que el flamenco se convierta en la mejor oferta cultural de Sevilla y vive quizá su mejor época.

 

Artículo de El Toreo, de 1882, sobre el programa del Café de Silverio.

 

Tanto éxito tuvo Silverio con su café, y tanto dinero ganó, que pensó en ampliar el negocio y crear una cadena de cafés cantantes por toda España. Seguía cantando, pero menos, porque el negocio le exigía dedicación. A mediados de los ochenta monta cafés en Huelva, Córdoba y Badajoz, con desigual resultado. Enviuda en 1884, y él andaba también delicado de salud. Aunque a los pocos meses de quedarse viudo, en el mismo año, se vuelve a casar en Sevilla, en El Sagrario de la Catedral, con una joven trianera llamada María de la Salud Sánchez Morán, de solo 19 años. Silverio tenía ya 54, y lo cierto es que este matrimonio aceleró su enfermedad del corazón, lo que no le impidió tener un hijo con Ana Dominguez Conde, hija de Juan de Dios, el director del Filarmónico. Por tanto, nieta de Juan de Dios el Isleño. Era menor y el escándalo fue sonoro, lo que significó el detonante para que Silverio decidiera cerrar su café en 1888 y abrir uno en Madrid.

 

«Silverio Franconetti tuvo que ser un cantaor de gran voz y buen estilo. Cuando, acabado un cante de Silverio, Matrona le preguntó a Chacón que si así de bien cantaba el maestro sevillano, el jerezano le dijo: “Hombre, muchísimo mejor que yo, dónde va a parar»

 

Segunda boda de Silverio Franconetti, 1884. Archivo Bohórquez.

 

La Plaza de San Francisco de Sevilla, donde murió Silverio el 30 de mayo de 1889. Archivo Bohórquez.

 

Su frustrada aventura empresarial en Madrid

Silverio no caló en Madrid, aunque cantara mucho en la capital de España, al parecer, desde antes de marcharse a Sudamérica. Pero como su rival el Burrero intentó abrir café en la Villa y Corte, sin mucho éxito, decidió probar suerte una vez que había cerrado su café sevillano. Era su último cartucho y al regresar a Sevilla, viviendo en la Plaza de San Francisco, tras ver locales, sufrió un accidente cardiovascular y murió el 30 de mayo de 1889, siendo aún un hombre joven, 58 años, de hipertrofia del corazón. Fue enterrado al día siguiente en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, en segunda clase, en la cuarta cuartelada de la calle San José, número 25. Sus restos no se conservaron y no hay nada ya de Silverio en Sevilla. Nada recuerda al mejor cantaor de esta ciudad.

Imagen superior: Retrato de Silverio Franconetti, por F. Moreno Galván (1849).

 

Libro de registros del Cementerio de San Fernando de Sevilla, donde quedó registrado el enterramiento de Silverio Franconetti. 1889. Archivo Bohórquez.

Libro de registros del Cementerio de San Fernando de Sevilla, donde quedó registrado el enterramiento de Silverio Franconetti. 1889. Archivo Bohórquez.

 

 

Fuente:

Archivo de Manuel Bohórquez.



sábado, 27 de agosto de 2022

HASTA SIEMPRE, MAESTRO

 


FALLECE HACE MUY POCAS HORAS EL GRAN  MAESTRO, MANOLO SANLÚCAR, A LOS 78 AÑOS DE EDAD.

Estuvo ingresado muy grave en 2021 por fallos renales y multiorgánicos, pero logró salir de eso y le dieron el alta, pero ya estaba muy "tocado"...

En Solera Flamenca tenemos el honor de poder exponer y poner a disposición de nuestros clientes dos guitarras de la firma Hermanos Conde (entonces «Sobrinos de Domingo Esteso») de los años 1971 y 1972 respectivamente, construidas especialmente para Paco de Lucia y Manolo Sanlúcar.

HAGA CLIC EN LA IMAGEN PARA VER REPORTAJE COMPLETO DE LA GUITARRA



Ya están juntos de nuevo, con otros grandes artistas. En el cielo se oirán sus guitarras en un enorme tablao y el cante y baile de otros que se marcharon y están para siempre sus nombres con letras de oro para la historia...

Manolo Sanlúcar, "el mayor embajador que ha tenido Sanlúcar de Barrameda". El alcalde va a decretar tres días de luto oficial, en los que las banderas ondearán a media asta en todos los edificios oficiales. Manolo Sanlúcar es la figura del mundo de la cultura y las artes españolas que más ha contribuido a difundir el nombre de su ciudad natal por todo el mundo. “Siempre he luchado llevando por delante la palabra de mi pueblo, de tal manera que soy un hombre que renunció a su apellido para coger el de Sanlúcar”, dijo el pasado mayo en la inauguración del Auditorio que lleva su nombre.

Hijo Predilecto de Sanlúcar y de la Provincia, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, premio 'Pastora Pavón, Niña de los Peines', entre otros muchos e incontables reconocimientos, Manolo Sanlúcar ha sido un compositor de indudable prestigio y un guitarrista de excepción. Su obra ha obtenido el reconocimiento internacional y como intérprete ha mostrado su capacidad creadora en los principales escenarios de todo el mundo. “Yo quisiera ser para ustedes un mensajero. Mi guitarra está al servicio de mi pueblo y allá donde mi pueblo esté, estaré yo”, dijo también en mayo pasado. Destaca, además de su acreditada trayectoria artística, la académica. Siempre contribuyó a mantener y divulgar el flamenco, uno de los elementos más importantes de nuestra cultura.

En los últimos años Manuel Muñoz pudo constatar el cariño, el aprecio y la admiración de su pueblo y del mundo del flamenco en diversos reconocimientos públicos. En Sanlúcar quedará siempre constancia con el auditorio, el monumento y la plaza que lleva su nombre. El alcalde ha mostrado su pesar por la muerte de esta figura universal. “Ahora tenemos que recordar a ese hombre que defendió la cultura andaluza, el flamenco y la guitarra para situar a su tierra en todos los escenarios, mostrando que su amor por Sanlúcar de Barrameda fue infinito”, señala Víctor Mora.


El pasado día 31 de Mayo de 2022 asistimos presencialmente a la inauguración y presentación del monumento a Manolo Sanlúcar, un monumento muy especial en su localidad natal, Sanlúcar de Barrameda. Un acto que contó con la presencia del genial guitarrista y que estuvo organizado por la Fundación de las Artes Flamencas Aura Seguros con la colaboración del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda.

En un primer momento la estatua fue encargada al escultor Lorenzo Quinn, pero al tratarse de una obra hiperrealista este recomendó a Manuel Martín Nieto. Este escultor de Morón de la Frontera es uno de los máximos responsables del intenso brote naturalista que caracteriza la evolución y la brillante transformación de la escultura neo-barroca andaluza en las dos primeras décadas del siglo XXI.


Mi más sentidas condolencias a su familia, amigos y colaboradores.

Q.E.P.D.