Noviembre, 1961. Sevilla padeció su última gran riada. Yo era una niña pero tengo muy viva la experiencia en mi memoria.
Recuerdo el impacto que me causó ver la llegada del agua avanzar por la calle Feria, en el barrio de la Macarena, observaba asombrada desde el primer piso de los balcones mi casa. Los adultos con niños en brazos, subiendo a pisos altos, un anciano con muletas también fue socorrido, voces, gente asustadas y nuestros vecinos del bajo subieron con lo que pudieron pillar en casa y acogimos a los que pudimos, como los demás vecinos de la calle. En la azotea teníamos tres lavaderos techados que fueron aprovechados y con puertas y ventanas. Echamos las colchonetas de la playa y una manta para que pasaran la noche...Había que ayudar, repartimos lo que cada uno pudimos hasta que el Ejército nos trajo víveres...
En el vídeo vais a ver un elicóptero de la Marina rescatar a un enfermo grave, era mi cuñado Antonio, que estaba haciendo la Mili en Cádiz y estaba de permiso en su casa, (mi marido era el menor de sus hermanos con diferencia).
Hoy vuelvo a recordar aquellas vivencias, después de ver la enorme solidaridad del pueblo que siempre demostró su generosidad volcándose en ayudar ante una emergencia angustiosa y comprobar que siempre fue así ¡El pueblo salva al pueblo, el primero en responder!
Mi corazón está con las víctimas y sus familias, con los miles de damnificados.
Mi familia y yo os enviamos un fuerte abrazo.
Pulsen en el enlace:
https://www.diariodesevilla.
Siempre tuvimos una magnifica y sana juventud, es como yo la recuerdo:
Volveré, todavía necesito un tiempo...