Siempre he pensado desde que adquirí ciertos conocimientos que la exploración de nuestras potencilidades no es asunto que haya que dejar a lo venidero, ni al azar en nuestras vidas. Eso sí, se puede emprender sistemáticamente, o al menos, con ahinco, hasta el final de nuestros días, con resultados diversos, por supuesto, pero creando.
ARRIESGUÉMOSNOS A FRACASAR
Aprender contiene algunos riesgos, por supuesto. Fijémosno en la infancia, cuando el niño está asimilando con rapidez, es verdaderamente asombroso, está padeciendo al mismo tiempo un gran número de fracasos. Obsérvense las de cosas, innumerables que el chavalito emprende y qué poco lo descorazonan sus descalabros, ¿os habéis fijado en eso? Con el paso de los años contemplo que irá disminuyendo su despreocupación ante el fracaso. Al llegar a adulto, esa edad en que llevamos en la cabeza un amplio catálogo de las cosas que no tenemos intención, ni de coña, de procurar nuevamente porque ya una vez lo intentamos sin éxito. Por consiguiente, tendemos, cada vez con más frecuencia, a soslayar aquello que jamás hemos ensayado
Opino, que este temor del fracaso es como un muro que impide el profundizar en la exploración y la experimentación, y asegura una progresiva limitación-frenado de nuestra personalidad. Mis padres me dijeron hace muchos años, que para seguir aprendiendo y madurando, tenía que seguir exponiéndome al fracaso...toda la vida. ¡Cuánta razón tenían! (Me hice con el testigo), no dejo de procurarlo.
MADURAR NUESTRAS CONVICCIONES
En la vida, los muros que nos van encerrando a medida que tenemos más edad son en realidad como una especie de muros de un canal. A fin de huir de estos canales de menor resistencia se requiere un impulso adicional, un entusiasmo suplementario, como una nueva energía. ¿Es posible fomentar deliberadamente nuestras energías y nuestros móviles? Estimo que es altamente posible. Desde luego, a veces, no siempre podemos dedicar todo el tiempo al objeto de nuestras más caras convicciones; pero sí creo que ya sea en el ejercicio de la profesión, o en la vida del hogar, o en las actividades que ocupan parte de nuestro tiempo, deberíamos hacer algo que nos interese profundamente, alguna cosa que se convierta en "nuestro espacio", alguna meta, a la cual podamos aplicarnos con ardiente fe en su alcance. Si queremos volver a la fuente de nuestra vitalidad, renovarnos, atravesemos las falsas barreras de la vida y procuremos comprender cuáles son las cosas que verdaderamente nos interesan, a las cuales podemos dedicarnos con entusiasmo, incluso con el valor innegable de la esperanza
Así es, por miedo al fracaso no hacemos muchas cosas, nos paraliza ese miedo a fracasar, pero olvidamos que cada éxito fue precedido por un fracaso, aprendiendo de ellos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mi madre me enseñó que los fracasos eran un estímulo, ya conocía lo que no debería hacer, y más cerca de lograrlo lo tenía. "Mari Carmen, no tires nunca la toalla, solo si ves que es imposible, mientras ¡Jamás!" . Me hizo un favor...
EliminarUn beso.
Pues visto así tienes toda la razón, una cosa es pensarlo y otra leerlo, te das cuenta de que podemos con todo que solo hay que empezar. Habrá que guardar esta entrada para volver de vez en cuando. Abrazucos
ResponderEliminarNo exageres, comadre. Siempre me gustaba escuchar las reuniones de mis mayores, es basado en ellos. Una manera de aprender distinta a los libros de textos.
EliminarAbrazos enormes.
Me ha gustado mucho tu entrada de hoy, llena de perlas de sabiduría y bastante en la línea con cómo veo yo las cosas.
ResponderEliminarBesos.
Pues una fuente de enriquecimientos es una buena conversación, como mis mayores hacían frecuentemente, buscando conclusiones o contando sucedidos y yo de oyente, eso es todo, leer también es fundamental.
EliminarGracias paisana.
Besos.
Hay que hacer aquellas cosas que nos gustan con alegría y sobre todo sin miedo al fracaso, porque aunque se fracase siempre vale la pena intentarlo.
ResponderEliminarMuchos besos, guapa.
¡Claro que sí! Y ser constante, yo no me "arrugo", pero eso ya lo sabes tú, jejejeje
EliminarBesos.
Una estupenda reflexión la que haces sobre el interés y el entusiasmo por cumplir metas a las que quieres llegar, pero cuando uno es mayor, no es que se haya llegado a ningún sitio especial cuando más joven, pero es que se pierde el interés y el entusiasmo, ya que se entra en una fase de tranquilidad que no se quiere interrumpir. Yo nunca he sido muy echada para adelante, pero ahora menos, jajaja, aunque lo bueno es encontrarse a gusto con uno mismo.
ResponderEliminarDe cualquier forma, tienes toda la razón, y aplaudo a quien siempre conserve esas ganas por cumplir objetivos derrumbando muros.
Siempre adelante.
Un placer la lectura Mari Carmen.
Un abrazo.
Muchas gracias, Elda.
EliminarMientras me dure la curiosidad, podré enfrentarme a retos, puede que con los años se me vaya perdiendo... pero soy peleona, den el más positivo sentido de la palabra.
Besotes.
ResponderEliminarEl proceso de aprendizaje desde niños en es una sucesión continúan de la fórmula ensayo/error. Sin curiosidad, esfuerzo y la capacidad de caerte y levantarte no se evoluciona y pienso que ahí debemos estar siempre desde que venimos, hasta que nos toque irnos en este mundo, lo demás es apoltronarse y convertir esta maravillosa vida en un muermo absoluto.. Tras el éxito siempre hay una montaña de fracasos, no hay fórmulas mágicas. Tener miedo a fracasar, es como tener miedo a vivir, y con miedo no se vive, sólo se sobrevive, nada que ver! ; )
Estupendas tus reflexiones y además llenas de esperanza, con la falta que nos hace, mil gracias! un besazo MARI CARMEN!!
Lo comienzas tal como yo lo pienso, tenemos en común cosas, lo voy descubriendo. Al trabajo con constancia hay quien le llama "suerte", yo pienso que la suerte es tocarte la lotería...
EliminarNo estoy de acuerdo que lo último que se pierde es la esperanza: lo último que pierdes es la vida ¿O no?
Besos.
Sin dudas Maricarmen un gran propósito ir en busca de algo nuevo que nos interese y renueve los ánimos! Un abrazote!
ResponderEliminarMuy bien resumido, M Cristina, también son esas mis perspectivas.
EliminarBesotes.
Cuando te has llevado muchos golpes en la vida, se te quitan las ganas de intentarlo. Un beso
ResponderEliminarPor supuesto. El impacto influye y se te aflojan los ánimos, entra dentro del todo, luego pasado un tiempo, das un taconazo y tiras para adelante de nuevo...
EliminarBesitos.
Si, es importante seguir aprendiendo y tener el valor de arriesgarnos a ello, porque significará que estamos vivos, tenemos curiosidad, ilusión y ganas de superarnos en cualquier campo cultural, amiga...Los proyectos y los sueños son necesarios para el ser humano, que aspira a conocer y vivir la vida con experiencia y sabiduría...Muy bueno tu texto, mi felicitación y mi gratitud por ello, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi cariño, compañera de letras.
Pues me expones una buena radiografía de circunstancias, querida Mª Jesús.
EliminarConocí a mis cuatro abuelos y me encantaba escucharles, junto a mis padres, muchas gracias.
Besos.
Una ejemplificante escritura sobre la actitud. El fracasdo debe admitirse, como la idea de recuperarse del tropiezo. No todo se alcanza, pero que el temor al fracaso, no impida tomar la decisión de actuar. Un abraz.- Carlos
ResponderEliminarHola Carlos, fíjate, es la primera vez que eres el único varón en los comentarios, es curioso.
EliminarLo has expuesto breve pero mejor que yo.
Gracias.
Abrazos.
El mayor fracaso es no exponerse en hacer algo por miedo a fracasar. Besicos
ResponderEliminarAsí es, muy bien resumido, nos conocemos desde hace tiempo y coincidimos en muchas cosas.
ResponderEliminarUn beso.
Excelente invitación a perseverar cuantas veces sea necesario.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Sara, muchas gracias por tus aportación, eres un solete.
EliminarBesotes.
Magnífica reflexión! 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
ResponderEliminarBueno, no exageres, es una modesta reflexión que comparto con vosotros, los que tengan a bien visitar mi rinconcito.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
¿A dónde iría mi comentario? :'(
ResponderEliminarParece que se perdió.
Besos.
Están aquí los dos., es que no lo vi antes, mis disculpas.
ResponderEliminarMe dieron una mala noticia y tuve un lapsus, en mi última entrada lo digo.
También tengo que decir, a veces, Bloguer me fastidia, y tambiién se quejan otros seguidores que les pasa.
Agradecida por tu visitas.
Besos.
Todos debemos tener un espacio propio donde sentirnos bien... eso sí, cada uno tendrá objetivos diferentes dentro de él.
ResponderEliminarBesos.
Por supuesto, eso es así...
ResponderEliminarCada uno debemos tener nuestro propio espacio y ser respetado, la convivencia puede ser fácil si te tiene pendiente la importancia de los detalles y presiodida por el respeto y confianza.
Un besote, preciosa.