LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES
Cuenta una historia de una planta empaquetadora de carne...
Un día al finalizar su jornada de trabajo fue a una cámara frigorífica para inspeccionar algo, se cerró la puerta y quedó atrapado dentro.
La mayoría de trabajadores se habían ido a sus casas, y era imposible escucharlo por el grosor que tenía la puerta.
Llevaba casi dos horas en el refrigerador al borde de la muerte.
De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debe que se le ocurriera abrir la puerta, no siendo parte de la rutina de trabajo.
Él explicó, dejando a todos asombrados."Llevo trabajando en esta empresa 35 años, cientos de trabajadores entran en la planta cada día, pero es él es único que me saluda por la mañana, de vez en cuando me pregunta por mi salud y familia y siempre se despide de mi, por las tardes, siempre. El resto del personal, me tratan como si fuera invisible.
Hoy me dijo, "hola, buenos días" a la entrada, pero nunca escuché el "adiós, hasta mañana" de cada día. Sabiendo que aún no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún sitio del edificio, por eso empecé a buscarlo, hasta que lo encontré, eso es todo.
MORALEJA
* Quien te lastima te hace FUERTE.
* Quien te critica te hace IMPORTANTE.
* Quien te envidia te hace VALIOSO.
* Quien te respeta y aprecia TE PUEDES FIAR DE ÉL Y TE VALORA...
Me ha gustado el relato, cuesta tan poco dar los buenos días y despedirse despues.
ResponderEliminarSaludos
Ser amable cuesto poco y deja réditos siempre y fomenta la buena convivencia.
EliminarSaludos .
Me encantan la historia y su moraleja. Me molesta profundamente la gente que no te mira a la cara y te saludan, parece como que no te reconozcan como persona.
ResponderEliminarBesitos.
Buenos días, paisana.
EliminarMe gusta usar las moralejas en las historias, así lo hacían, cuando yo era peque mis padres y abuela, mejor que sermones para aprender.
Besotes caleteros.
Me encantó la historia. Un beso
ResponderEliminarAgradecida por leerla.
EliminarUn besito.
Qué preciosidad de anécdota amiga mía. Qué importante es dar los buenos días y buenas tardes, básicamente hablar con las personas y ser conscientes de ello. Besos 😘😘
ResponderEliminarDe nuestra niñez siempre quedan cosas guardadas, marcan mucho.
EliminarMe alegro volver a verte por esta tu casa.
Besos.
Me encanta la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, lo he intentado, gracias, guapetón.
EliminarBesos.
Buena lección.
ResponderEliminarBesos.
Menos mal que me he dado cuenta. Se acaba de "tragar" mi comentarios anterior...
EliminarMuchas gracias, Alfred, me alegro volver a verte por esta tu casa.
Un beso.
Un relato con reflexión incluida y es que es sencillo ser amable. hagamos la vida menos complicada. Un abrazuco
ResponderEliminar
EliminarAgradecida por tus palabras, comadre, contenta de volver a verte por esta tu casa.
Besotes y saltibrincos con sus avíos.
Estoy contigo en tus moralejas , la vida es un continuo camino en el van y vienen personas , las mejores se quedan las otras pasan de paso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
En la vida ser amable facilita la buena convivencia y buena disposición, la enseñanza en la infancia suele marcar mucho.
EliminarMil gracias.
Besitos.
Hermosa historia, Maricarmen, y con gran enseñanza además, un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias, también estoy abierta a las críticas constructivas.
EliminarEres un cielo, preciosa.
Besos.
Una bonita historia. En la vida hay que respetar, valorar, ser agradable y saludar a las personas que tienes alrededor y comparten contigo en infinidad de cosas y en diferentes ocasiones.Besicos
ResponderEliminar¡Muy bien resumido!
EliminarMuchas gracias, preciosa.
Besos.
Pues menos mal porque se habría quedado pajarito. Lo que significa que hay gente realmente interesantes en este mundo loco lleno de prisas.
ResponderEliminarBeso
Estuvo casi a punto, de ahí el valor de los detalles, tal como lo he titulado.
EliminarBesos.
Así es, tal como lo explica este señor que, aunque es un relato, no deja de ser verdad.
ResponderEliminarMe dices que algunas veces no puedes comentar, pues ya somos dos, porque a mi me pasa igual que a ti. En algunos blogs que antes dejaba comentarios ahora no puedo. No se si será blogger o mi ordenador, pero el caso es que no hay manera.
Te mando un abrazo grande, amiga mía.
Hola Piedad, gustazo en verte. Bloguer nos sigue fastidiando y ya estamos muy hartitas.
EliminarMuchas gracias Piedad, eres un cielo.
Besotes.
Un relato muy bueno y con una gran lección.
ResponderEliminarUn beso.
Un relato muy bueno y con una gran lección.
ResponderEliminarUn beso.
Lo explicas breve pero muy bien. Gracias querida Amalia.
EliminarBesos.
La amabilidad, debe formar parte de nuestra vida diaria. Eso nos hace mejores personas.
ResponderEliminarUn abrazo
En mi casa, mis mayores nos lo inculcaron desde peques y eso marca mucho.
EliminarUn beso.
Me parece la historia más simpática que he leído en mucho tiempo. Un saludo
ResponderEliminarHola Joaquín, muchas gracias, la convivencia, si la hacemos con buena predisposición es la clave,
EliminarAbrazo.
Aleccionante texto. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarViniendo de ti es todo un detalle muy de agradecer.
EliminarBesos.
Me gusto el relato y siempre hay que ser amable y educado con todo el mundo. Te mando un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ya nos veremos el finde en el rinconcito de Montse. Hasta entonces.
EliminarBesos.
Muy interesante esté relato, me gustó mucho. Besos.
ResponderEliminarEsa era la idea, me alegra que te guste. Hasta el finde en el rinconcito de Montse.
EliminarUn beso.
Muy bueno! Una gran lección. Bravo 👏🏼👏🏼👏🏼
ResponderEliminarLa importancia de los detalles lo titulé, ya sabes el motivo. Ser amable predispone a la buena convivencia, me lo inculcaron en casa, y es cierto.
ResponderEliminarBesos.