Una trabajadora sanitaria prepara la 'cama' de Canelo a la puerta del hospital en enero.
CANELO, UN FIEL AMIGO
Todos nosotros, al menos alguna vez, hemos oído el célebre dicho: -"El perro es el mejor amigo del hombre"-. Ciertamente, la historia que os contaré, mis fieles lectores, va de conmovedora, didáctica y tierna vivencias, con profunda moraleja para todos:
Canelo era un perro, simplemente un "chucho", que residía en Cádiz con su amo. El hombre vivía solo y ambos siempre estaban juntos, Canelo le seguía a todas partes, había complicidad y entendimiento entre ellos. Se daban compañía y cariño mutuamente. Paseaban todos los días por las calles gaditanas. Una vez a la semana, el amo tenía que ir al Hospital Puerta del Mar, debido a que tenía problemas renales y precisaba tratarse con diálisis. Como los animales no pueden entrar, iban juntos y Canelo le esperaba paciente en la puerta del hospital, hasta que salía y regresaban juntos a la casa, rutina que duró varios años.
Un cierto día, el hombre tuvo una grave complicación y los médicos no lograron superarla, pese a todos los esfuerzos que hicieron. El hombre falleció en el hospital. En la puerta, Canelo esperaba a que su amo saliera, se tumbaba, paseaba y seguía esperando. Su dueño no salió jamás. Canelo permanecía. No se iba de allí, pese al tiempo que pasaba. Ni el hambre, sed, frío, lluvia, él esperaba a su amigo. Como era conocido por los vecinos del entorno, repararon en Canelo y se percataron de la situación del noble animal, compadecidos por él, lo adoptaron de alguna manera. Se turnaban en llevarle agua y comida, incluso le llevaron una mantita para que no estuviera en el frío suelo en invierno y otra para cubrirle por la noche. Los vecinos se ocupaban de su control sanitario. Siendo sus protectores, lograron el indulto cuando la Perrera Municipal se lo llevó para sacrificarlo.
Pasaron 12 años, desde que el dueño entró por última vez, los mismos que Canelo esperaba fielmente en la puerta. Nunca se cansó de hacerlo, ni buscó unos nuevos amos. Él sabía que su amigo, su "familia", estaba dentro y tenía que esperarlo para volver a casa juntos...
El día 9 de diciembre del 2002, a Canelo lo atropelló un vehículo en la puerta del hospital y murió. Un trágico final para él pero, desde la esperanza, para quienes respetamos y amamos a los animales, nos confirma que no hay nada por encima del cariño, la empatía y la ilusión por la fidelidad.
Esta historia es muy conocida y recordada en Cádiz. Forma parte de mis vivencias en esta bendita tierra y hoy he decidido compartirlas con vosotros. El noble pueblo gaditano, reconoció la lealtad y nobleza de Canelo y le dedicó una calle y una placa a su memoria...
-A CANELO-
Que durante 12 años esperó
en las puertas de Hospital
a su amo fallecido.
El pueblo de Cádiz como homenaje
a su gran fidelidad
Mayo, 2002.
Me ha recordado la pelicula "Siempre a tu lado, Hachiko" con Richard Gere de actor principal. Para que luego no digan que los perros no son los amigos del hombre, aunque también dicen que son su imagen y semejanza.
ResponderEliminarSaludos
Es verdad!!!
EliminarSí, vi esa película también. Yo diría que un buen perro es más fiel que el amo, sin generalizar para nada.
ResponderEliminarLo recuerdo muy bien, era lo más sociable que he visto en un perro, habituado a que los vecinos le adoptaron era muy sociable y mostraba cariño a todos. Era ya muy viejo y no vio el coche que le atropelló y lo mató, se fue a la fuga el hijo de p..a....cruzaba por el semáforo ¡Manda huevos!
Saludos.
Que bonita historia, la fidelidad de los perros es notoria pero 12 años es mucho tiempo. Que bien que tenga un reconocimiento para recordar que los animales merecen un buen trato. Abrazos
ResponderEliminarEs una historia tan hermosa como impactante, En Cádiz fue una noticia muy triste, se llevó mucho tiempo en los alrededores del hospital, era muy conocido y admirado por su lealtad. Se me quedó en mis adentros para siempre.
ResponderEliminarBesos.
Conocía la historia, pero no con tanto detalle. Gracias por traerla. Es admirable la fidelidad de los perros por sus amos.
ResponderEliminar«Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro» (Diógenes).
«Es necesario buscar la flor de la amistad sobre la tumba de un perro» (Ignacio Manuel Altamirano).
Un abrazo.
Dicen y cariño por su amo -solo le falta hablar- y es cierto, no habla, sino que -hace-.
EliminarMagnificas citas pata la entrada.
Gracias Chema.
Besos.
Estas historias te hacen creer que hay humanidad dentro de estos animales, aunque sean animales irracionales, que dudo mucho que asi sea. Ejemplar creo que ningún ser humano estaría esperando a otro durante doce años en la puerta de un hospital pasando calamidades.
ResponderEliminarUna historia que te eriza la piel y colma el corazón de buenos sentimientos. Un besote grande.
Es muy cierto, siempre tuve mascotas, varias, desde niña. Se dice que un país se retrata, en el trato a sus ancianos y animales, hasta aquí puedo daros a leer...
EliminarUn beso.
Hay muchos ejemplos de esta fidelidad a tods prueba de los perros con sus amos.
ResponderEliminarPero de reconocimiento de ello por la población testigo, muy pocos.
Bien por ese pueblo gaditano.
Besos.
Ciertamente, Alfred, yo lo conocí, lo veía con frecuencia, nunca le olvidaré, ni su mirada y su cola al verme. Tenía que traeros su historia...
EliminarUn beso.
Dos visiones: la fidelidad de un animal es muchas veces superior a la de algunos humanos.
ResponderEliminarY el alma y la importancia de una ciudad, también se miden por estos reconocimientos.
Besos.
Mi abuela siempre nos dijo que un país se mide por cómo tratan a sus mayores y animales y yo coincido con elle, por mucho tiempo que pase.
EliminarNunca olvidaré a Canelo, jamás...
Un besote.
Es una preciosidad, y muchos años esperando al dueño. Pero ese homenaje es lo mejor de la historia. La fiodelidad como emblema.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por compartir tan bella historia. Feliz sábado.
A ti, por tu reconocimiento a Canelo, tiene una magnifica moraleja su historia.
EliminarUn beso.
Una historia preciosa. Un beso
ResponderEliminarAsí es, Susana, además impacta.
EliminarUn beso-.
Bueno, tuve que desempañar mis anteojos para comentar, muy emocionante el relato, la fidelidad de los animales es conmovedora, gracias por la historia, Maricarmen, un abrazote!
ResponderEliminarPues imagínate yo, que le vi envejecer, le queríamos todos.
EliminarBonita y triste historia.
Un besote, preciosa.
Son así.
ResponderEliminarBesos
¡Ya lo creo! No lo olvidaré nunca.
EliminarBesos.
Hay historias que te llegan, hasta el fondo del alma. Ahora pueden que estén otra vez juntos, en el más allá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo pensé desde el mismo día que le atropellaron y el impresentable se fugó corriendo. Por la Avenida de Marconi y la Residencia Sanitaria solía pasear, también por la calle Brasíl y la Avenida de Almilcar Barca...era muy entrañable.
ResponderEliminarUn beso.
Que tristeza pobre perrito. Siempre he querido a los perros, pero últimamente más. La historia también me recordó a la película. Abrazos.
ResponderEliminarSi le hubieras conocido no lo olvidarías. Tenía una mirada dulce y cariñosa, si le acariciabas, movía contento su cola...lo sentí mucho. Esa película también la vi yo y me lo recordó, se me mojaban los ojos....
ResponderEliminarBesos.