RELATO
Comenzaba la primavera, viento fresco todavía, nos canta en las distintas regiones boscosas con muy rica variedad de bellos sonidos. Disfrutamos del entorno. Cada sección del bosque tiene su propia tesitura, su gran belleza, los murmullos de los seres, grandes y pequeños, buscando refugios en los recovecos de las grietas y en cuevas...en los árboles diversos, bajo tierra y su propia tonalidad. El viento que susurra en los pinabetes posee un tono grave, como el contrabajo. Al soplar entre los arbustos, su timbre también es grave, pero ya no suena como contrabajo; más bien me recuerda como violonchelo. El viento que transita por las ramas desnudas, con insipientes yemas floreciendo de los bosques abiertos tiene un timbre mucho más agudo: una tesitura de soprano que resulta casi imperceptible, pero casi constante. En los árboles más altos, pero también casi desnudos, los bosques añosos el viento sopla con acentos fuertes de tenor potente, intenso y armónico; y cuando ulula entre las hojas secas en una arboleda de hayas, suenan como voces distantes...oímos cómo nos "hablan". ¡Qué deleite! Toda la Madre Naturaleza se nos manifiesta en todo su esplendor y belleza...
Disfruto con el sonido y contemplación de la VIDA es un enorme placer para los sentidos...vivir intensamente el momento, con los oídos atentos, las pupilas abiertas y aspirando las aromas...
IN MEMORIAN
Hay recuerdos que se quedan en los adentros para siempre. Compartirlos con las personas adecuadas los hacen tan imborrables como entrañables. Nuestra gran amistad nació en la infancia, fuimos a la misma escuela. Casi siempre estábamos juntas. No sé qué vieron en nosotras las "profes" que nos convencieron para escribir un breve relato y ¡Ganamos! Nos abrazamos muy contentas y yo no salía de mi asombro...
A la memoria de mis queridas amigas: María y Triana, para mi siempre fueron mis hermanas con otros apellidos...
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