Inolvidables los olores de la cocina de la abuela.
El chaval estaba sentado bajo un puente de ferrocaril mirando la lluvia que acaía torrencial. Jamás me había parecido mi casa tan agradable como lejana. ¿Porqué me había marchado de ella? ¿Cuándo volvería? Acaricié dentro del bolsillo de los húmedos pantalones vaqueros, la carta de mi padre. La ternura y comprensión de sus primeras palabras resultan inolvidables e impactantes:
-"Un chaval se va de casa porque todo lo que hay en ella le resulta familiar, y regresa por la misma razón"-.
Bueno, muchos años después, me parece que mi padre, al dirigirse al hijo que se había escapado de casa, por las buenas, establecía uno de los motivos por el que viajan los turistas, y que les impulsa a volver buscando el hogar. Al abandonar las cosas familiares y cotidianas-,el fogón de la cocina, su cuarto, verdadero templo de sus creaciones, el ricón favorito del porche, las alfombras con las huellas de los demás, las ventanas que parecen cansadas de repetir las mismas vistas-dejamos una nota pidiéndole al panadero que suspenda el reparto por el momento, y cogemos la carretera en busca de la desconocida aventura. Toda una incógnita.
En la inspiración de la partida, nos sentimos como si pudiéramos viajar eternamente por un sendero sin final. Pero, claro, sin duda, en algún punto imprevisible del tiempo y la geografía, lentamente o de pronto, lo desconocido perderá su atractivo y esplendor. Los ojos mirarán atrás, y el corazón sentirá el pellizco y la primera punzada de nostalgia es ya fuerte.
Un amiguete mío sé que ahorró suficiente dinero para viajar por diversos lugares de la Tierra en los mejores medios: transatlánticos, trenes, aviones...el corazón de mi amigo experimentó su primera punzada en un hotel de Polonia. La causa fue una tortita que le sirvieron en el desayuno. Sabía, o eso le pareció a él como las que hacía la abuela, el día que había desayunado la mañana en que se fue, porque todo en ella le era demasiado familiar, muy querido.
"-De pronto-", dijo el amigo-, "me di cuenta de que estaba muy lejos de donde realmente quería estar"-.
-¿Qué hiciste-?-le pregunté.
-Emprendí el regreso a mi casa al rato...en el viaje más delicioso que hiciera nunca, ni te lo imaginas.
Así, la aventura a lo desconocido sucumbió ante lo familiar, (el más potente estímulo que conozco), ¿qué hay más familiar que una tortita de la abuela?
Detectar los primeros síntomas de añoranza en uno mismo o en otros visitantes produce una emoción muy especial.
Verán, dos matrimonios desconocidos se encuentran en un lugar de vacaciones y las señoras comparando el menú se ponen a charlar: -"Pues yo primero cojo el ajo y lo doro en aceite virgen extra, y luego..."
Los hombres hablan también: -"Me compré una sierra eléctrica de veinticinco centímetros de largo y construí un banco de madera para el porche, otro para el nene.-
¿De qué hablaban? del hogar. ¿Dónde están? Lejos de casa. ¿Cuándo emprenderán el regreso? Pues en cualquier momento, más bien pronto.
Llega el momento en que se puede detectar, creo, fácilmente la conversación de tipo nostálgico. De las carteras de los viajeros salen las fotos: la evidencia visual del hogar.
-"Esta es mi hija mayor. Tiré muy precipitadamente y salió algo movida y un poco borrosa, para hacerte una idea vale"-.
He aquí otras observaciones significativas.
"-Cielo, estoy preocupada por las ventanas de arriba, -"¿Estás seguro que las cerraste antes de irnos?"-
-"Crees que nos habrán llevado la leña para la chimenea?"-
-"Me pregunto si nacerá el nieto para cuando esperamos"-.
En la pálida neblina de la mañana, los nostálgicos ponen las maletas en el coche, llenan el termo de un buen café y escogen unas tortitas, agua y entonces emprenden el incomparablemente bello viaje al hogar: hacia las ventanas de arriba, la chimenea, y el nuevo nieto...al hogar, nada como él...
DEFINICIÓN DE TURISMO= viajar muy lejos en busca del deseo de volver a casa...
Muy buenos días de mañana dominguera, que bonito texto , y la definición me parece la más acertada. Un besazo con sabor a hogar.
ResponderEliminar¡Olé mi niña!
EliminarHoy lunes he puesto más "definiciones", para que te entretengas.
Unos besotes.
Me gusta esa definición de turismo.
ResponderEliminarLa nostalgia, amiga, por la casa, por la familia, los amigos, los lugares, es un imán que hace regresar. Y se disfruta muchísimo el camino de regreso.
Me identifiqué con tu escrito.
Un fuerte abrazo!
En cuanto se nos pasa el chispazo de la aventura, volvemos a lo nuestro, lo más querido, nuestras raíces, por lo general.
EliminarEstimo que se disfruta a la ida y al regreso...
Esta mañana de lunes puedes ver más "definiciones" ¡Qué bien nos lo pasábamos y lo que nos reíamos!
Un besote.
Un relato de la vida y en la vida de todos. Queremos irnos, pero el deseo de regresar nos apura el corazón. ¡¡Muy bueno!!
ResponderEliminarmariarosa
Hola Mariarosa, eso es, como la vida misma y da igual la edad que se tenga, creo.
EliminarUn abrazo.
Tierno relato y muy real. Creo que viajamos para sentir esa nostalgia tan dulce de reencontrarnos con el hogar.
ResponderEliminarRecuerdo cuando mis hijos eran pequeños y volvíamos de estar en la playa y en la montaña casi un mes "divirtiéndonos" con que ilusión miraban su viejos juguetes y con que regocijo convertían su pequeña habitación de casa en un Paríso añorado.
Un abrazo,
¡Hola Tesa!
EliminarMe alegra volver a verte por esta tu casa, ya hacía tiempo que no te veía.
Este relato puede pasar los años que siempre estará vigente. Es cierto, a nosotros también nos pasaba con los críos ¡Qué contentos volver a casa!
El cuarto de juego era "la leonera" y la definición es de por sí muy expresiva. Después, antes de irse a la cama, guardaban los juguetes para "dormir", jejejeje
Un fuerte abrazo, preciosa.
M.Carmen, el relato es entrañable y lleno de verdad. Todos añoramos el hogar cuando viajamos largo tiempo fuera de casa.Puedo decirte que mi hijo el de Australia, lleva 12 años fuera de casa y también quiere volver ya. Quizá en el verano lo tendremos de nuevo con su familia entre nosotros...Esa nostalgia es común en los seres humanos.
ResponderEliminarTu comentario entró, siento los problemas de Blogger. Me alegro de estar de nuevo en contacto contigo. Espero que todo vaya bien, amiga.
Te agradezco tu generoso relato, que me ha emocionado. Muy bueno.
Mi abrazo entrañable y mi ánimo, compañera de letras.
Mª Jesús, me alegro mucho conectar contigo, ojalá sea por mucho tiempo.
EliminarSé lo que es tener un ser querido en la distancia por imperativo de imperativo del trabajo, ya lo tenemos de nuevo entre nosotros, después de unos años fuera.
El viajar tiene su qué, se pasa bien mientras dura la aventura, al poco, nos invade la nostalgia y se disfruta el regreso a tope....
Gracias por venir. Estaremos en contacto.
Un besote, guapetona.
Total un bucle.
ResponderEliminarBesos
Es iuna manera de verlo, claro. Se pasa fenomenal mientras dura la aventura y al regreso también, vuelves al hogar, con los tuyos, tus raíces, amigos, los pucheros de la abuela, croquetas y reposterías de tu madre ¡Anda que no!
EliminarBesos.
Me ha gustado el relato y la definición de turismo, pero la que tienen los ingleses jóvenes es bien distinta. Turismo para un joven inglés es viajar a Magaluf, Gandía, Salou... buscar la felicidad con una litrona de sangría, pelear, practicar el balconing, hacer el ridículo delante de las cámaras de televisión y desear volver a casa, ya que ellos no encuentran ni la puerta para salir del hotel.
ResponderEliminarAbrazos
He intentado explicar con la "definición" el gozo de la ida y la alegría de la vuelta, hace tiempo que nos conocemos y me has sabido interpretar.
EliminarLos extrajeron que nos visitan tal como bien dices, eso es otra cosa, No merece el calificativo de -turismo- por degradarlo. Son muchos los grupos de gamberros que abusan, denigran y faltan a todas las normas de convivencias y derechos de los demás. Si nuestro Gobierno tuviera la responsabilidad y el debido respeto a los ciudadanos para que no nos perturben con destrozos y falta de descanso incluso riesgos de seguridad, no vendrían aquí. En sus países saben que no lo permiten, no sé si me explico...
Un abrazón.
Franconetti En este caso, estoy totalmente de acuerdo con tu forma de pensar.
EliminarOtro abrazo.
Es que hay cosas que se pegan, jajajaja.
EliminarGracias por puntualizar.
Otro abrazo para ti para siempre...
Que gran verdad cuentas, estuve unos años fuera de España y no pensaba más que en mi ciudad y mi familia y que feliz me sentí cuando regresé. Me pasa lo mismo cuando me voy de vacacuones que a la semana ya estoy deseando volver a casa.Besicos
ResponderEliminarSé que estuviste de joven fuera de nuestro país, el regreso sería muy especial y con ganas y es que lo nuestro nos tira teleta.
EliminarAhora a viajar donde quieras y venirte en busca del deseo de volver a casa, jajajaja.
Besitos.
Hermosas historias, y todas coinciden que no hay mejor lugar que el hogar.
ResponderEliminarSaludos
Hogar, dulce hogar. Esa es la cuestión. Está bien los viajes, conocer otros lugares y culturas, pero no tardamos en ser mordidos por la nostalgia.
EliminarHas construido un relato lleno de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, hay mucho sentimiento y realidad, comadre.
EliminarBesos.
Es muy cierto. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias, preciosa.
EliminarBesitos.
Muy real. Besos.
ResponderEliminarAlgo así siempre estará en vigencia, pasen los años que pasen.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es cierto. El último placer de un viaje es la satisfacción de volver a casa.
ResponderEliminarBesos.
Pues me alegro que coincidamos. el viajar "tá güeno" y luego al hogar.
EliminarUn besote.
¡Hola, Franconetti!
ResponderEliminarEspero te encuentres bien. Qué lindo pasar a visitarte. Me dio mucha nostalgia tu post. Te comento que mi hija mayor recién se casó y ahora vive en su propia casa junto a su esposo. Es inevitable no echarse unas lágrimas al saber que los hijos se marchan para formar su propia hogar, es la ley de la vida dice mi esposo. Como bien dices nada más lindo que "emprender el incomparablemente bello viaje al hogar". Gracias por compartir tu obra. Un abrazo desde Perú.
¡Pero qué alegría me das, Nuria!
ResponderEliminarHace mucho que no venías por esta tu casa.
Nosotros también tenemos a los hijos emancipados, con sus propias familias y trabajos. Yo lo veo como un premio, haber criado a cuatro hijos que están bien formados y nos dan unos nietecitos adorables. Puedo hacer cosas que antes no podía, disfrutar con los peques y reunirnos con frecuencia...
Me alegro que tu hija se casara, pronto serás abuela y eso ya es la repera.
Bienvenida de nuevo, preciosa.
Estaremos en contacto.
Besos.
Has escrito un relato muy costumbrista, real, auténtico, con las palabras del saber de la vida, un relato que me ha gustado mucho. La definición del turismo cobra aquí todo su sentido, es tan acertada como reflexiva.
ResponderEliminarEstoy feliz de seguirte!
Mil besos.
Hay un poema de Helena Walfh sobre lo bello del retorno. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminar