En este mes se cumple el 68º aniversario de la última gran nevada en Sevilla, era el día 2 de febrero de 1954 ¿Cuántos de vosotros lo vieron?
Muchos no lo sabrían, pero ocurrió ABC de Sevilla tiene esta historia en sus archivos...
Nieve en la ciudad, viajamos a 1954
Para ver la capital hispalense vestida de blanco sí tenemos que retrotraernos algunos años, concretamente 68. Hay personas vivas que podrán recordar la gran nevada de 1954, cuando una alfombra blanca cubrió enclaves de Sevilla como la Plaza de España, Los Reales Alcázares, el Parque de María Luisa o la Plaza de la Encarnación. El Archivo Gráfico de ABC de Sevilla alberga varias imágenes de esta insólita nevada que este periódico ha mostrado en varias ocasiones, pero ahondando más en la búsqueda y consultando la publicación de ABC ‘Sevilla, imágenes de un siglo’, este viernes rescatamos algunas que quizás no conozcan.
La fecha de la gran nevada se acerca en el calendario a la que vivimos actualmente, que siempre coincide con el tramo más frío del año. Las imágenes capturadas por fotógrafos de ABC de Sevilla como Serrano fueron tomadas el 2 de febrero. Nuestros abuelos fueron sorprendidos por la nieve que cubrió al completo la ciudad, situación que no ha vuelto a suceder, y de esa fecha pronto se cumplirán los 70 años.
La nevada causó gran sensación en la ciudad. Los cronistas de la época publicaron que las calles de Sevilla se llenaron de sorprendidos que no querían perderse por nada del mundo un día así. El aire siberiano llevó a Sevilla a mínimas de 2 grados bajo cero que, junto a la lluvia, trajeron la nieve: «Era una cosa extraña que en la vida habíamos visto y no hemos vuelto a ver», aserveraban. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, ese día cayeron en Tablada 25 milímetros en forma de lluvia y nieve, que cuajó y permaneció durante la jornada siguiente.
Bajo estas líneas, una imagen bastante conocida. En ella vemos cómo unos ateridos sevillanos van caminando por la Plaza de la Encarnación cubierta por una alfombra de nieve. Ir de un lado a otro ese día en Sevilla no tuvo que ser tarea fácil, los resbalones serían la tónica de la jornada. Pueden calcularse las proporciones de la nevada viendo cómo quedaron los bancos.
Tal y como relata este episodio ‘Sevilla, imágenes de un siglo’, «desde muy de mañana se llenaron las calles de sorprendidos que no querían perderse un día así». Aunque quien intentase moverse por la ciudad en coche tampoco lo tuvo muy sencillo. En la siguiente fotografía vemos uno de los flancos de la Plaza Nueva, que servía como aparcamiento de turismos.
Bajo los naranjos 'adornados' en blanco, pero no de azahar, una hilera de vehículos cubiertos de nieve. En la carretera pueden observarse los surcos dejados por las suelas de los coches en el asfalto.
Las estatuas de Sevilla
La estatua ecuestre del Cid Campeador mostró este singular aspecto en aquella gélida mañana del 2 de febrero. La montura del caballista se llenó de nieve, también el pedestal sobre el que se soporta y todo el jardín de la glorieta. Aquellos que pasaran en coche por la céntrica circunvalación se quedarían atónitos. Algo similar pasó en la estatua de la Plaza Nueva, y damos por hecho que esa tarde nadie se sentó a echar el rato con sus amistades en las sillas que en esa época había en la céntrica plaza.
Está bien no olvidar, no lo recuerdo así que me ha encantado enterarme con toda la información que nos das. Abrazucos
ResponderEliminarMi padre: "Niñaaaaaaa ven pacá, tá nevandoooooooooo"!
EliminarMi madre: "Enga yá! ¡Ay omaíta, que es verdad!
Aquello fue un acontecimiento extraordinario. En el 1010, comenzó a caer de día unos pequeños copitos de nieve que al posarse en el suelo, ¡Plásf! se convertían en goterones, durante muy pocos minutos, y se acabó la historia de nevar en Sevilla ¡Cachis!
Os he traido un documento histórico tan exclusivo como poco conocido y es que cuesta pensar que en el siglo XX la nieve cubrió de blanco a toda Sevilla.
Traigo café bien calentito, un abrazón.
Yo tenía un año, justo el siete de febrero de ese año. Ya me dirás.
ResponderEliminarBesos 💋💋
¡Uf! Pues tampoco viste nevar, Si no es por el magnifico reportaje del inolvidable Serrano, nadie lo creería, anda que no...
EliminarUn abrazo.
La lluvia en Sevilla es pura maravilla...pero la nieve es puro milagro.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja lo has clavado, pues sí, fue una maravilla, sobre todo, una megamilagro, creo que las caídas fueron muy abundantes, (no se tenía costumbre)...
EliminarUn abrazo.
Es insólito ver esas fotos de Sevilla vestida de blanco.
ResponderEliminarPor cierto sentí mucho la muerte del de Los Cantores de Híspalis, no estaba enterada de su enfermedad. Lo oiré para homenajearlo.
Como nos dice el amigo Alfred, fue un milagro, jejejejej...
EliminarSí, ha sido una gran pena, creó un gran grupo, con voces únicas que capitaneaba él y componía todo.
Un beso comadre.
La verdad que da cosa verlo, me refirmo que no hay que sorprenderse si ahora lo hace , ya lo hizo tan bien en su momento. Un abrazo y gracias por estas ilustraciones también presentadas. Besos.
ResponderEliminarSerrano es uno de los mejores reporteros del siglo XX que tuvo Sevilla, tan buen reportaje lleva su firma.
EliminarYa puedes decir por ahí que has visto a Sevilla nevada y no exageras ni mijita.
Gracias por venir, Campi.
Un besito.
Yo no lo pude ver, pero no porque no hubiera nacido. Aún no tenía un año.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo tampoco lo ví, pero ahora sí y me quedo contenta.
EliminarUn beso.
Me alegro de ser la primera en comentar, Mari Carmen. En mi país nunca ha nevado en la capital, pero me encantaría que nevara en Lima alguna vez...debe ser emocionante. En Perú cae mucha nieve en la sierra, eso si. Y la temperatura baja de cero...así que ya te imaginas lo que es ese frío. Gracias por compartir este recuerdo. Un abrazo.
ResponderEliminarEn perú pasa como en Sevilla, es puro milagro ver nevar, algún día se dará las excepcionales circunstancias, como pasó aquí...
EliminarEsto son las curiosidades históricas que me entusiasman.
Un beso.
Impresionante...
ResponderEliminarSí Luz, tan impresionante como raro...
EliminarSi la lluvia en Sevilla es una pura maravilla, imagina con nieve.
ResponderEliminarSaludos
Ya te digo, ni el mismisímo Sorolla que tanto le gustaba el blanco, podría pintar a Sevilla tan "blanca", ná que me muero y no veo nevar por aquí, no ni ná ¡Ofú
Eliminar¡Ofú! Qué alegría me daría ver nevar acá!
Saludos con bufanda.
Muy buena recreación de aquellos días en que Sevilla se vistió de nieve. Realmente debió de ser un gran acontecimiento imposible de olvidar. Muy buenas instantáneas nos dejas y bien documentadas. Un placer leerte por la entrega que siempre pones en tus posts.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable.
Mª Jesús, si nieva por el día, te aseguro que raro sería el niño que hubiera ido a la escuela, jajajaja, fue algo muy excepcional y bonito...a ver si se repite, mi arma.
EliminarEstas son las curiosidades de la historia que me gustan, poco conocidas.
Un beso y gracias por tus palabras.
Que bonita estaba con la nieve, pero peligrosa. Besos y gracias por estos reportajes.
ResponderEliminarHola Teresa, este tipo de curiosidades históricas me gustan compartirlas, es rarísimo que nieve en Sevilla pero ocurrió.
ResponderEliminarNo la conocí, pero sí la hemos visto, gracias al reportaje de Serrano.
Un beso y gracias por venir.
No sabía que en Sevilla había nevado así, claro que teniendo en cuenta que no había nacido aún y no vivo en Sevilla no es extraño. Yo recuerdo varias nevadas en Barcelona, la más sonada la de 1962 y que según me cuenta mi madre, yo no lo recuerdo, me lo pasé pipa haciendo bolas de nieve y tirándoselas a mi hermana mayor mientras reía con la nariz roja como un tomate.
ResponderEliminarEs bonito conocer estas cosas!
Besitos.
Qué bonitas imágenes, postales para el recuerdo!
ResponderEliminarMe imagino una nevada así en estos tiempos, todos los sevillanos en la calle y la difusión por redes sociales... todo un acontecimiento.
BESOS
De eso hace telita de tiempo, como curiosidad histórica, creo que merecía la pena traerla para vosotros.
ResponderEliminarBesos.